🔊 MelodĂa de Barrio - Dos Minutos
Amo las pelĂculas. Las amo desde los doce años cuando secretamente veĂa las pelĂculas de terror que mis padres me prohibĂan. DespuĂ©s me interese por el cine y por otros gĂ©neros. Por ejemplo las pelĂculas dramáticas. Mierda, me encantĂł Magnolia de Paul Thomas Anderson. Historias fuertes de gente que está enferma, gente con problemas familiares, gente vĂctima de abuso y maltrato. Es terriblemente emocional y sigue siendo una pelĂcula que me deja sin palabras cada vez que la veo.
Pensando ahora porquĂ© me gusta tanto esta pelĂcula, (dejando de lado el hecho de que es una obra maestra) es porque no puedo con tal drama en la vida real. No la torero y le escapo. Es una debilidad. Mi familia tranquila de clase media nunca me dio un conflicto que afrontar en el dĂa a dĂa. No hay en mi realidad lugar para esa clase de drama, mas que las dos horas que dura la pelĂcula. Pero la realidad de las personas que me cruzo en la calle si es un drama y no es ninguna pelĂcula dirigida por Paul Anderson. El barrio. Las calles que camino todos los dĂas, llenas de basura, algĂşn robo, ladridos de perros y sirenas a la madrugada, casas viejas y venidas a menos. No es de los peores barrios pero tiene algo de desanimante caminar por sus calles.
Al lado de mi casa hay un complejo de departamentos horribles y muy pequeños en el que tres familias viven en hacinamiento. La familia de enfrente tuvo problemas con un loco que acosaba a la hija. La casa de al lado en invierno no tiene gas. A la vuelta de la esquina está la pequeña oficina en la que trabajo. La ventana de la oficina da a un pasillo que termina en una casa. Ahà vive una familia, no sé el nombre de la chica, sólo se que esta en la escuela por lo que debe tener entre 14 y 18 años. Su madre tiene cáncer y debe cuidar de ella. También de su hermanita. Nunca vi al padre. Hay veces que las veo pasar por el pasillo, cuando salen a pasear. Camino de vuelta a casa paso por una esquina en la vive una señora que siempre está sola mirando por la ventana. Es anciana y parece que todas las tardes espera a alguien, por su expresión parece que no siempre llega la visita que espera.
Mierda. Uno no elige esto, pero esta alrededor tuyo todos los dĂas. Y te hace pensar. ¿CĂłmo puedo yo quejarme? ¿De quĂ© podrĂa yo quejarme? SerĂa terriblemente egoĂsta. Esta gente vive su situaciĂłn todos los dĂas. 24/7. No dos horas.
Caminar por el barrio es un encontronazo con la realidad. Salir de tu burbuja y apreciar lo tenĂ©s. Porque esto no es ninguna pelĂcula, y no es sĂłlo mi barrio. Uno nunca sabe por lo que está pasando el que tiene al lado pero es bueno a veces sacarse los auriculares y chocar con la realidad de vez en cuando.
Mientras pensaba en esto caminaba por el barrio escuchando Parte Menor de Callejeros.
Amo las pelĂculas. Las amo desde los doce años cuando secretamente veĂa las pelĂculas de terror que mis padres me prohibĂan. DespuĂ©s me interese por el cine y por otros gĂ©neros. Por ejemplo las pelĂculas dramáticas. Mierda, me encantĂł Magnolia de Paul Thomas Anderson. Historias fuertes de gente que está enferma, gente con problemas familiares, gente vĂctima de abuso y maltrato. Es terriblemente emocional y sigue siendo una pelĂcula que me deja sin palabras cada vez que la veo.
Pensando ahora porquĂ© me gusta tanto esta pelĂcula, (dejando de lado el hecho de que es una obra maestra) es porque no puedo con tal drama en la vida real. No la torero y le escapo. Es una debilidad. Mi familia tranquila de clase media nunca me dio un conflicto que afrontar en el dĂa a dĂa. No hay en mi realidad lugar para esa clase de drama, mas que las dos horas que dura la pelĂcula. Pero la realidad de las personas que me cruzo en la calle si es un drama y no es ninguna pelĂcula dirigida por Paul Anderson. El barrio. Las calles que camino todos los dĂas, llenas de basura, algĂşn robo, ladridos de perros y sirenas a la madrugada, casas viejas y venidas a menos. No es de los peores barrios pero tiene algo de desanimante caminar por sus calles.
Al lado de mi casa hay un complejo de departamentos horribles y muy pequeños en el que tres familias viven en hacinamiento. La familia de enfrente tuvo problemas con un loco que acosaba a la hija. La casa de al lado en invierno no tiene gas. A la vuelta de la esquina está la pequeña oficina en la que trabajo. La ventana de la oficina da a un pasillo que termina en una casa. Ahà vive una familia, no sé el nombre de la chica, sólo se que esta en la escuela por lo que debe tener entre 14 y 18 años. Su madre tiene cáncer y debe cuidar de ella. También de su hermanita. Nunca vi al padre. Hay veces que las veo pasar por el pasillo, cuando salen a pasear. Camino de vuelta a casa paso por una esquina en la vive una señora que siempre está sola mirando por la ventana. Es anciana y parece que todas las tardes espera a alguien, por su expresión parece que no siempre llega la visita que espera.
Mierda. Uno no elige esto, pero esta alrededor tuyo todos los dĂas. Y te hace pensar. ¿CĂłmo puedo yo quejarme? ¿De quĂ© podrĂa yo quejarme? SerĂa terriblemente egoĂsta. Esta gente vive su situaciĂłn todos los dĂas. 24/7. No dos horas.
Caminar por el barrio es un encontronazo con la realidad. Salir de tu burbuja y apreciar lo tenĂ©s. Porque esto no es ninguna pelĂcula, y no es sĂłlo mi barrio. Uno nunca sabe por lo que está pasando el que tiene al lado pero es bueno a veces sacarse los auriculares y chocar con la realidad de vez en cuando.
Mientras pensaba en esto caminaba por el barrio escuchando Parte Menor de Callejeros.
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