La velocidad máxima de las motocicletas en la Ciudad de Buenos Aires es de 45 kmh y yo iba a 120 en la moto de un amigo con el que habíamos estado fumando porro en casa minutos atrás. Otra vez tarde, tenía que llegar a ver Perras on the Beach en Niceto, la segunda de sus dos funciones ese día. Mi amigo se ofreció a llevarme entonces arrancamos, él con casco y yo sin casco, en su moto hecha mierda. Había estado lloviendo y la moto se deslizaba peligrosamente. Bajando por la calle los oídos me sumaban zumbaban y el viento me voló la gorra, tuvo que frenar y yo volver una cuadra a buscarla.
Al final, llegué sobrado de tiempo por el viaje en la moto de las pesadillas, y esperé a que abrieran las puertas con un par más de personas. Todavía se escuchaba que estaban tocando la primer función. Empecé a percatarme de la gente a mi alrededor. Bruno me había dicho que me iba a anotar en la lista para pasar gratis. Me pareció rarísimo que hubiera lista, como si fuera un boliche y no un recital. Comienza a salir la gente de la primer función. Yo estaba demasiado high pero todos los que salieron, o al menos la gran mayoría eran terribles raros. No raros como los que me encuentro en los recitales punk, estos eran una clase que todavía no identificaba bien. La mayoría vestía ropa vintage o algo así. Mucho adolescente alternativo que le gusta Twin Peaks y el diseño de Palermo Soho y sigue la escena under de cerca. Mucha remera diciendo 'A Quentin Tarantino Film'. La mayoría de las personas, entre 15 y 24 años chocaban con los que hacíamos la fila para entrar. Mucha mina linda también, tipo que te la imagináis haciendo una sesión de fotos para alguna marca de ropita de las 25647844 que hay. Éstas últimas contrastaban con las típicas alternativas que dicen no importarle su apariencia y se visten con medias de red y una remera de nirvana. Me colé en la fila y empecé a hablar con una rubia bastante linda de trenzas. Me preguntó si ya había escuchado la banda con la nueva formación, le dije que si y le pregunté cuanto le había salido la entrada. Me contestó que 250 pesos!!!!! La concha de la lora, pensé, no pago eso por ver a estos muñecos ni borracho, que suerte que Bruno me invitó. Me pongo en la fila para la lista y le digo a la mina mi nombre. Lo busca y no lo encuentra. Revisa otra vez, mismo resultado. Me pide que me corra y que trate de llamar a Bruno, porque no me puede dejar pasar. Que hijo de puta seguro se olvidó de anotarme en la puta lista. Yo ahí cagado de frío como un papet viendo como entraban todos, tratando de llamar a Bruno que seguro estaba re loco detrás del escenario sintiéndose un crack. Lo llame y le mande mensajes mientras seguía viendo a la gente entrar y fumando cigarrillos. Creo firmemente que Perras on the beach hizo que la juventud volviera a fumar y me parece zarpado estilo, que quieren saber ?
Pasaron 20 minutos y parecía que el recital arrancaba sin mí. Escuché un par de conversaciones ajenas y Bruno me respondió, re loco, 'hijo de puta quédate a la segunda función'. El Chabon me había anotado en la primer función, no la segunda. Entonces la pálida, no tengo lista ni plata para pagar la entrada, pero tampoco quiero perderme el recital porque no da. En mi cabeza empiezo a maquinar un plan corte Alcatraz, pero en este caso, para entrar al lugar. Me paro frente la entrada. Adelante unas cadenas a la altura de mi cintura. A la izquierda la mina de la lista y un guardia. Adentro, el guardia del detector de metales, cortando las entradas. A mi derecha se forma un punto ciego porque la mina de la lista esta de espaldas y de adentro no se ve. Ahí está la boletería, pero hay unos cuantos papets pagando las entradas. Analizo todo y sigilosamente me pongo al lado de las cadenas, me agacho para ''atarme los cordones'' y me cruzo al otro lado aprovechando que el guardia está cortando las entradas y nadie me ve. Paso y el guardia me detiene, le digo que pasé con lista. - Y tu precinto ?. Me pide el precinto el gorra, como en el boliche. Empiezo a gambetear dictando que me lo saqué y no sé cuantas incoherencias más. Me tira la pálida de que me colé y me saca otra vez :)
Otra vez se me cruza la idea de irme a la mierda. Pero por cuestión de principios, quiero ver el recital. Ya casi no queda gente fuera pero siguen entrando algunas personas. En eso sale un genio y se pone a hablar con la mina de la lista, seguro también trabajaba ahí. El guardia que me sacó se levanta y se va adentro. En su lugar se pone el otro que estaba en la cola, que ya no existe porque entraron todos.
El recital ya empezaba y les cuento a los dos de la lista todo el rollo: Mi amigo de la banda se olvidó de anotarme etc etc. En loco me hace el re aguante y me da un precinto que dice PRENSA. Instalao. Podía estar con los fotógrafos pero decidí no hacerlo para estar entre el público y seguirlo evaluando. El lugar esta muy bueno y se ve bien de todos lados.
Del recital escribí esto:
Y entonces las luces bajan y se escucha el grito impaciente del ecléctico público. Se ven las primeras visuales del recital, una genial edición del video del subdirector de cultura descalificando y diciendo que probablemente se cancele la gira de Perras on the Beach. Si amigos, usaron el video como introducción acompañado por la música de E.T. El público alucinaba mientras saltaban al escenario los cuatro integrantes de la banda. Después de saludar y de conectar los equipos el recital despegó como el jet de Mayweather prendido fuego escupiendo billetes por las ventanas. Comenzaron con ''La Playa'' , quizás el primer hit de la banda más sorprendente del under nacional. El público en éxtasis parecía haber descubierto el pogo, y capaz haya sido así. Perras se encargó de acercar el pogo a este grupo de freaks menores de edad, amantes de Twin Peaks y de lo indie y under. El montón de adolescentes con camperas vintage y la remera de la banda son parte del grupo de fieles seguidores que se ha creado pero contrastan con la simpleza y la originalidad de la banda. Perras no busca aparentar, no vende humo.
Simón, una de las personas más creativas y talentosas que hay en la escena, sale a tocar con un piloto amarillo que recuerda al de Georgie en la película It, que se estrena en unos días. Dos acontecimientos que marcarán época. La mejor película del año y el ascenso de lo que puede ser una de las mejores bandas. Dos Niceto llenos y sold-out.
La energía de la banda es increíble. Es eléctrico. Un segundo y todo Niceto convulsionaba como si le aplicaran electro-shock. Lejos de ser pretenciosos y estrellas, amplificando su buen sonido mediante la simpleza de sus temas y letras, presentan un show que quizás sea uno de los mejores del último tiempo. Son tan creativos y originales que cuesta encontrar una banda que se les parezca o una banda que divierta tanto a su gente.
Después de tres temas Simón desafía a Bruno, el bajista, a una batalla de Freestyle. Solo viéndolos se nota que sólo buscan divertirse, algo que sólo enamora más a la gente. El cóctel de temas ya es una jarra loca y después de la batalla presentan un tema de sátira, una de las principales características de la banda. Las visuales de fondo del tema ''Municipálida'' y del recital en general son una obra maestra y se ve como se dilatan las pupilas del público al verlos.
La banda baja la intensidad cuando tocan ''El Amor'' que la letra dice que es como un pancho con picante, mostaza y ketchup. Perfecto. Eso es lo que vas a escuchar si escuchas a Perras. Algo que para muchos no tiene sentido, pero que sin embargo llega a quien lo escucha. Y lo mejor es que trasmite más amor que cualquier otra canción, es increíble, y entonces sube la novia de Simón y bailan juntos, se tiran al público, sube Luca Bocci al escenario, abraza a Nacho y Bruno, las luces son rosadas, todos bailan, mientras todo esto pasa en un momento y es hermoso.
Es notable como se siente eso tan raro que es el encuentro de la banda con el público. Perras lo tiene. Tiene esa conexión. Quizás es la voz, las letras o el sonido, o quizás todo junto lo que lo haga irresistible al oído de todos en el lugar. Ese sonido indefinible y sumamente original que todavía no puede ser encasillado en ningún lado.
Que Mendoza sea representada por estos genios creativos es un orgullo.
De repente otro flash y se escuchan los acordes de ''Mis Amigos'', todo se descontrola y aparece LOUTA, otro de la movida amiga y se suma a la fiesta, también se suma Luca Bocci y los Usted Señalemelo, quienes para Simón son la mejor banda del mundo. Lleno de personajes y de muñecos el escenario literalmente se viene abajo. Todos saltando y girando en la mezcladora que es ahora Niceto Club. Todo decorado con papel picado cayendo desde arriba.
El recital es corto y Bruno ya no tiene voz, claramente porque los manijas habían tocado tan sólo dos horas antes. Es corto pero te deja totalmente enganchado, con la sensación de haber encontrado al fin una banda a la cual seguir y siempre queriendo más. Cierran con ''Puchos'' una de las mejores canciones tal vez porque representa perfectamente el espectro de la banda, musical y poeticamente. Son tan geniales que cuando termina el tema piden al público que tiren todos los cigarrillos que tengan al escenario. Verlos recoger los puchos es como ver niños recoger caramelos de una piñata. Mostrando una vez más esta cuestión de Dr Jekyll y Mr. Hyde que tiene el grupo de ser la de unos chicos inocentes que cantan sobre drogas.
Esta banda no tiene límites, porque no se los pone, ni siquiera deben saber que son. Si les preguntan a alguien: ¿ que opinan de la banda ? Seguro contestan que a la banda no le importa lo que opinen de ellos. Si quieren hacer un stage-dive lo hacen. Si quieren hacer un tema de Lito Nebbia lo hacen. Si quieren bailar lo hacen. Nada de caretas ni disfraces, eso los hace ser la banda más creativa y por lejos la más divertida del momento.
Perras on the Beach la rompe y vienen a salvar al rock de los malditos papets. Y si no sabes lo que significa papet, ya te vas a enterar, papet.
Salí del recital sorprendido, sabía que eran buenos pero desde la última vez que los vi los culiados mejoraron mucho. Decidí esperarlos y al rato salió Simón y su novia. Al rato salió Louta y salió Bruno. Me invitaron a un porrito y nos pusimos un poco al día, me contaron de cuando conocieron a Marito Baracus y hablamos un par de la vida. Se sumaron dos chaboncitos re chiquitos que resultaron ser de Viedma. Tenían 16 años los dos. Uno parecía un Rocket Power y el otro era idéntico a Frankenweenie, en realidad a cualquier dibujo de Tim Burton. Les pregunté los nombres pero me los olvidé, los felicite y les dije que eran unos crack por haber venido desde tan lejos sólo para ver a una banda en ascenso. Los perras también flasharon con lo que estos muñecos habían hecho. Me quedé con ellos cuando Simón y Bruno se fueron y me contaron que habían venido un día antes silo para ver las dos funciones y que se iban mañana. Me contaron sobre lo aburrido y conservador que es su pueblo y nos fuimos a tomar una cerveza, hablando de la vida y la música, sobre ser joven y rebelde. Cuando les pregunté que habían dicho sus padres sobre hacer 1000 km hacia capital para ver a una banda, el rocket power no dijo nada, estaba re aficionado y yo sabía que el no confiaba en mi. Pero el Frankenweenie me contó la historia de que su papá era te careta y no lo había dejado, pero que se había venido igual. Tenía pinta de emo y de tener 8 años porque era pálido, enano y flaquito, pero con más actitud punk de lo que te podías imaginar. Además el pobre diablo no tomaba alcohol porque tenía una enfermedad re heavy en el riñón y lo tenían que operar si o si. Más punk. Hicimos tres cuadras bajo la fina lluvia y el rocket power se detuvo y dijo: ' Si mi mamá se entera de que fui a tomar una birra con un desconocido me mata'. Me terminaron regalando un porro y tasa tasa cada uno a su casa.
Me puse a escuchar los Ramones y me fui caminando bajo la lluvia, fumando y siempre atento a los azules.